Hablamos de uno de los cultivos extensivos de verano más importantes de la geografía española. Los datos apuntan a que este año el maíz abarca una superficie de 308.487 hectáreas y que se cosecharán más de 3,4 millones de toneladas (según Cooperativas Agro-alimentarias de España).
Buenas previsiones respaldadas, este año, por la climatología, pero sobre todo por la mejora vegetal de las últimas décadas. Por esta razón, el éxito del cultivo también reside en la elección de variedades adaptadas a las condiciones de cada territorio. Es por ello, que GENVCE tiene en activo 16 ensayos de este cereal de verano, en los que se analiza el desarrollo de distintas variedades de ciclos FAO de 400 a 700. “Hay zonas donde el maíz no cuenta con unas condiciones climáticas favorables, y es ahí donde tenemos que testar su adaptación”, explica José Miguel Bozal, técnico de Experimentación de INTIA, entidad que realiza los ensayos en Navarra dentro de la Red GENVCE.
El centro de investigación navarro cuenta con dos plataformas de ensayos: una de ciclos largos ubicada en el sur de la comunidad y otra de ciclos cortos situada en el norte. “Hace unos 12 años se transformó a regadío una superficie amplia que va desde Olite hacia el norte de Navarra”, introduce Bozal para añadir que esta es una de las razones por las que en esa zona de menor tradición maicera se realiza el ensayo con 18 variedades de ciclos cortos 400 y 500. “En el norte de Navarra tenemos condiciones agroclimáticas donde estamos al límite del cultivo, pero tenemos que decir que se está adaptando bien. Los agricultores están obteniendo buenos rendimientos por hectárea”, subraya.
Diferente es la situación y sobre todo la tradición en el sur de la comunidad bien integrada en los sistemas de producción del valle del Ebro donde “el maíz es uno de los cultivos principales en los sistemas de regadío. Allí, las producciones están muy bien adaptadas a los ciclos largos y es una buena alternativa para combinar en la rotación con hortalizas que tienen como destino la industria congeladora”, comenta José Miguel Bozal para explicar las peculiaridades que tiene el cultivo en la Comunidad Foral de Navarra.
¿QUÉ CENTROS DE INVESTIGACIÓN DE GENVCE ENSAYAN CON MAÍZ?
Actualmente, son ocho los centros de investigación que trabajan dentro de la Red GENVCE en la caracterización agronómica de 14 variedades de ciclos largos (FAO 600 y 700) y de 18 variedades de ciclos cortos (FAO 400 y 500):
ENSAYOS VARIETALES Y CONTROL DE PLAGAS
Al mismo tiempo que se analizan variedades a nivel productivo, los centros de investigación que forman parte de GENVCE desarrollan también ensayos para combatir plagas como la araña roja u hongos como el causante de fusariosis que generan una gran preocupación dentro del sector.
Araña Roja en el maíz
En el último año, la Unión Europea ha restringido el uso de productos fitosanitarios que contengan abamectina: una materia activa eficaz para controlar la presencia de araña roja en los campos de maíz. “Por ello, llevamos años comprobando variedades que sean más tolerantes a esta plaga y a la par analizamos tratamientos químicos alternativos”, señala Bozal quien indica que en Navarra al igual que en Aragón y Extremadura “se ha autorizado a los agricultores utilizar abamectina de forma excepcional este año”.
No obstante, los ensayos del INTIA intentan adelantarse y testar alternativas de sanidad vegetal. Por esta razón, este año “hemos realizado pruebas con fauna auxiliar y así comprobar su eficacia para el control de la araña roja”.
Ensayo varietal para Fusariosis
Se trata de un hongo que entra en la planta de maíz por las raíces, el tallo o la mazorca generando unas micotoxinas que reducen la calidad de la cosecha. “Tiene una gran trascendencia y está generando grandes problemas en el sector”, apunta Bozal. Por ello, en una de las fincas experimentales del INTIA ensayan con distintas variedades para estudiar la resistencia a este hongo. “Es interesante conocer la predisposición que tiene cada variedad a sufrir más o menos las afecciones”, apunta Bozal. “Nosotros hacemos controles visuales y también analíticas para conocer el comportamiento de cada variedad, y todo eso lo cruzamos con la información que tiene el sector”, concluye el técnico de Experimentación del INTIA.
MÁS ALLÁ DEL CEREAL DE INVIERNO
Aunque una parte fundamental de los ensayos de la Red GENVCE están vinculados al cereal de invierno, buena parte de los trabajos de caracterización agronómica se centran también en las nuevas variedades de cultivos de verano como el maíz. Unas líneas que están ofreciendo buenos resultados en las diferentes comunidades en las que se están implementando y que son cruciales para la agricultura integrada en los sistemas de regadío de la Península Ibérica.